El reparto del patrimonio que sigue una separación o divorcio debe ser calculado por profesionales adecuados y competentes. Forman parte del caudal a dividir aquellos bienes que se hayan adquirido en proindiviso mientras que quedan excluidos los bienes privativos que fueran adquiridos por compra con dinero privativo, por herencia o donación. En cambio, se dividen en partes iguales los bienes adquiridos con los salarios o beneficios de cualquiera de ambos.